


Referencia: 3185370303429
117.09 impuestos excl.
Formato: 750,00 ml
Graduación: 12,50%
Alérgenos: Sulfitos
Ruinart Blanc de Blancs es un champagne elaborado a partir de uvas de la Premier Crus de la Côte des Blancs y de la MOntagne de Reims. Un Chardonnay puro, agradable y vivo, un champagne gastronómico y seductor. Un gran clásico, una bebida que siempre sorprende en cualquier ocasión.
Variedad de uva: 100% Chardonnay
Origen: Champagne (Francia)
Color: color oro pálido con reflejos verdosos, muy luminoso.
Nariz: aromas a frutas frescas con predominio de cítricos y piña, mezcladas con notas de flores blancas y especias, fruta madura y cítricos.
Paladar: puro y limpio. Entrada suave y carnosa, da paso a un magnífico final muy refrescante, sobre notas de melocotón blanco.
Todo comienza en Reims, en el siglo XVII. Luis XIV reinaba cuando Dom Thierry Ruinart, un erudito monje benedictino, proveniente de una familia de comerciantes textiles, tuvo una intuición maravillosa sobre el destino prometedor de un nuevo "vino espumoso". Fundada en 1729, Ruinart fue la primera Casa de Champagne. Durante más de dos siglos, la familia, ahora noble y rebautizada como Ruinart de Brimont en 1817, administró la casa con la misma consistencia.
Temperatura
El champagne idealmente se toma a una temperatura entre 8° C y 10° C, brindando un sabor, estructura y aroma perfectos.
Conservación
La botella se debe mantener de forma horizontal para que el corcho este humedecido y logre un cierre hermético perfecto. Si no te terminas la botella, consérvelo en frío (no más de dos días) con un tapón especial para champagne.
Tipo de copa
Las copas tipo flauta son una opción, pero para aprovechar todo el potencial de un buen champagne y sus aromas, se recomienda utilizar copas de vino blanco, para que la bebida se oxigene mejor y podamos apreciar todas las características de nuestro champagne. También las copas tipo tulipán son buena opción para degustar el champagne y permitir una buena efervescencia de nuestra bebida.
¿Cómo servir?
Llena la copa a tres cuartas partes de su capacidad. Si sirves más, se calentará demasiado rápido y perderá su frescura. Cuando el champán esté servido, agarre la copa por el tallo y no por el cáliz, así tus manos no calentarán el champán demasiado rápido.